Me desperte con la idea de matar todo mosquito existente en mi habitación, me estaban perturbando el sueño. Raid en mano, me acordé que disponía de un telefono celular al cual, 4 y media de la mañana, alguien había mandado algo. Hubo un silencio, esa calma previa al huracán, y la tormenta no paró hasta el momento en que pude volver a dormirme. Los mosquitos, por su lado, siguieron de fiesta.
Es humano equivocarse, es humano el dolor. Lo único inhumano es el olvido, no existe.
No comments:
Post a Comment